Cuando retrocediste en busca de los demás, atravesaste con ellos el túnel que llevaba a la salida. De pronto cada uno se fue introduciendo por las paredes blandas del túnel, perdiéndose para siempre.
Al llegar al final, la salida era solo para ti. Había luz y la certeza de que hiciste lo creíste era lo que debías hacer.
Estabas sola, con tus
yoes nocturnos, tu cuerpo de día disfruta la compañía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario